lunes, 10 de marzo de 2008

Mil inviernos







¿Que influencia tiene el sol en nuestras vidas? ¿La misma que la de un amigo? ¿La misma que la luna? Talvez el sol sea el reflejo de lo que siempre quisimos escuchar… y cuando cae… en lo único que puede mantener tranquila a esas mentes pendientes de las cosas sin importancia es que saben y están complemente seguros que al DIA siguiente volverá… renovado, lucido e imparcial como siempre.


En una mañana plagiada a las anteriores… todo sigue con su rutina normal, hasta que el sol se asoma… con un extraño manto negro que lo baña de par en par con una inmensa bruma, que cubre las ciudades, que empaña los cielos, que ciega de penumbras a la gente, tornando todas sus ideas en pesimismos, tan pesado que sus brazos no soportan la idea de permanecer de pie. La población atónita al festival poco usual, torpemente intenta seguir con su curso, restándole importancia a esa carencia de sol.


Los búhos transformados en las aves mensajeras, no paran de cantar sonidos campanas siniestras, como señalizando el comienzo de la ya redundante noche. Las sombras ya obsoletas emigran a otras ciudades en busca de nuevos empleos, los perros asustados corren detrás de sus dueños al ver que los gatos toman las calles y vuelven a reinar.


Como presidenta de la noche, en escena se encuentra una peligrosa y grosera luna, color violencia, sabor venganza, que destruye todo lo que refleja.La hostilidad toma forma de ciudad, los ciegos festejaban su capacidad peculiar, la tolerancia era una herencia no deseada, los sueños de primaveras eran tomados como fábulas de ancianos ebrios, y las canciones de cuna se susurraban en las bocas de la gente rebelde al régimen de la dictadora luna que gobernaba, para apaciguar la inclemencia de la misma.Los suicidios se multiplicaban y la soledad en la gente era común, la amistad se volvió una sensación utópica, la rutina era el veneno más poderoso.


Casi sin levantar sospecha una niña pudo mantener con vida un extenso jardín, lleno de flores, árboles y alegrías en forma natural. Con un pequeño lago formado por una vertiente de cristal, lleno de peces y pájaros volando sobre el. Este paisaje difundía su polen por toda la ciudad, pero nadie podía notar estos pequeños trozos de magia, la desilusión en la gente hacia que no notaran el pequeño espacio de felicidad.


De a poco la tristeza fue colmando a este oasis y a la niña, las flores se fueron marchitando, las aves fueron migrando y el polen dejo de salir. El jardín se convirtió en una ruina vieja, llena de polvo y humedad, y plagado de desolación. La población se acostumbro a vivir sin sol, y a su sensación de invierno constante, las generaciones pasaron y jamás conocieron la luz. La niña murió de soledad junto con su jardín y el DIA, años después en las ruinas del ex jardín eterno, se encontraron textos escritos donde la niña se preguntaba, ¿Por qué era la única persona que podía ver el sol?




Hermo.intraural

4 comentarios:

romi dijo...

hay q aprender a pasar las noches obscuras sin lunas... esas vivencias nos hacen mas fuertas y son etapas q nuestro organismo tiene q superar... es parte del vivir, y no verlo como una pena contra nosotros mismos
ttratar d eno aferrarse a las cosas y adaptarse a la corriente de esta vida, q maneja las situaciones, claro esta q todas las cosas siempre tienen un porque
el sol siempre volera a salir, tardemos mucho o poco en aprender a ser mas fuerte o seguir el flujo

Delos dijo...

me alegro q por fin tengas un lugar como la gente para volcar lo q escribis, el fotolog es de personas con retraso madurativo. Ya estuvimos hablando de lo q escribiste, asi q solo te dejo este comentario porq tenes poquitos...

Sweet carolain dijo...

Adaptacion. Todas las crisis dejan abierta la posibilidad del cambio. Un germen de liberación. saludos carolaina.

Sweet carolain dijo...

pd: Los mil inviernos serán la transición hacia las 1000 Primaveras.